En este hermoso país tenemos la oportunidad de disfrutar las 4 estaciones del año, sin embargo, es imposible desconocer que algunas de ellas son un poco extremas, como el caso del verano y el invierno, por lo que algunos elementos de seguridad, entre ellos, las cerraduras, pueden experimentar inconvenientes, y necesitarás solucionar.

Cómo influye el calor del verano

El verano se caracteriza por ofrecer un ambiente muy seco y caluroso, aparte de un sol muy intenso. Todo esto incide de manera directa sobre la puerta principal de la casa y todos los elementos que ella contiene.

Si tu puerta es de madera, ella tiende a dilatar con el calor, por lo que las cerraduras y las bisagras podrían presentar algunos problemas en su mecanismo. Así que procura mantener tus cerraduras en buenas condiciones y bien lubricadas.

De todas maneras, recuerda que ante cualquier problema, siempre podrás comunicarte con tu cerrajero de confianza para que te ayude a solventar el evento.

Y recuerda, si vas a viajar por las vacaciones de verano, debes incrementar los cuidados y el nivel de seguridad, para evitar ser una víctima más de los delincuentes que aprovechan de cometer sus fechorías en las viviendas vacías.

El frío del invierno, otro tema a considerar

En invierno se caracteriza por presentar mucha humedad en el ambiente y alcanzar temperaturas por debajo de punto de congelación, y como podrás deducir que la combinación de estas dos características, podrían congelar las cerraduras metálicas.

Esto va a dar lugar a varias consecuencias, como el hecho de que poder abrir la cerradura sea un proceso difícil, sin mencionar el riesgo de romper las llaves al hacer mucho esfuerzo para abrir o cerrar.

En estos casos, nuevamente la lubricación de la cerradura puede ser de gran utilidad, porque podría crear una capa protectora, que va a impedir que la humedad se adhiera de las partes metálicas y las congele.

Por otra parte, ten presente que si tu puerta es de madera, éste material tiende a contraerse ante la presencia de temperaturas muy bajas, así que tendrás que estar preparado para un mal ajuste entre la puerta y la cerradura, lo que va a dificultar que tu llave gire para abrir o cerrar la cerradura.

¿Qué puedes hacer para que estos problemas no se repitan?

Si tus puertas son de madera, es probable es que tu cerrajero de confianza sugiera el reemplazo de éstas, por materiales más resistentes a las temperaturas extremas, algunas opciones son el acero, la fibra de vidrio y el aluminio.

Pero, si amas tu puerta de madera y su reemplazo no es una opción, debes prepararte para adquirir una serie de productos que te ayudarán en el mantenimiento de esta puerta, para que la dilatación del verano o la contracción del invierno afecte el funcionamiento de la cerradura lo menos posible.

También puedes considerar el reemplazo de las cerraduras, por algún modelo que no utilice llaves, en el mercado existen muchos modelos digitales, los cuales podrás abrir o cerrar con ayuda de otros implementos.